La
Serpiente Emplumada
Relación
entre la serpiente y el surgimiento de los hombres...
Por:
Gefú Ambrosi
Por
supuesto en México y en la región que ocupó la antigua Mesoamérica,
la gente ha escuchado por lo menos alguna vez la leyenda de la
serpiente emplumada, el dios más poderoso de las culturas prehispánicas
cuyo nombre era “Quetzalcoatl”.
El primer registro que se tiene de Quetzalcoatl es en la
cultura Olmeca hacia el año 1150 antes de Cristo; y el último se
da en la cultura Azteca en 1521 D. de C., cuando es conquistada en
la fusión de dos culturas por los españoles. Esto confirma la
presencia de la serpiente emplumada en estos territorios por más de
2 mil 600 años.
Se dice
que Moctezuma, emperador Azteca que recibió a Hernán Cortés en la
ciudad de Tenochtitlan, lo confundió con Quetzalcoatl creyendo que
se cumplía la profecía del retorno de oriente del “hombre blanco
barbado”. Entonces Moctezuma dijo a Cortés: “Has
arribado a tu ciudad, aquí has venido a sentarte en tu solio, en tu
trono. Oh, por tiempo breve te lo reservaron, te lo cuidaron los que
ya se fueron, tus sustitutos. Los señores reyes Icoatzin,
Motecuhmatzin el viejo, Axayácatl, Tízoc, Ahuízotl... Llega a la
tierra y descansa. Toma posesión de tus casas reales, da refrigerio
a tu cuerpo”. Situación que fue aprovechada después por los
conquistadores para poner fin al Imperio Azteca.
El
nombre de Quetzalcoatl se compone de dos palabras de origen Náhuatl:
quetzal que es una ave de hermoso plumaje que habita la selva
centroamericana y cóatl que significa serpiente.
De
acuerdo a la historia, Quetzalcoatl era el gobernante de Tollan
durante su época dorada. Tollan era recordada como un lugar de
perfección universal. Durante su reinado, Quetzalcoatl se sumergió
cada vez más en su propia perfección espiritual. Esto incluía
actividades como el baño ritual, rezos, ayuno, auto-castigo, y
otras rutinas que se vinculaban con la vida sacerdotal. Con el
tiempo, esta obsesión con su realidad interna causó que perdiera
el sentido de lo que estaba ocurriendo en el mundo exterior.
Mientras
tanto, una serie de eventos alarmantes se gestaban en otra parte de
la ciudad que interrumpieron los altos estándares de la comunidad.
Se piensa que fueron causados por el dios oscuro Tezcatlipoca,
algunos eventos de naturaleza sexual fueron impactantes, mientras
que otros desmoralizaban totalmente a la población. En una de las
historias este dios tomó la forma de un horrible vendedor de chile
quien se las arregló para cortejar a la hija del rey secular,
exponiendo sus grandes genitales. Y de esta manera ganó el acceso
al poder y el prestigio como miembro de la familia gobernante.
Eventualmente,
Tezcatlipoca y su corte de dioses obscuros ganaron el acceso al
palacio espiritual de Quetzalcoatl. Ellos probaron la vanidad de
Quetzalcoatl al revelarle falsamente su imagen y su inmortalidad en
un espejo (por eso Tezcatlipoca fue llamado el espejo empañado).
El impacto de verse a sí mismo le abrumaba, incluso lo horrorizaba,
por lo que los dioses oscuros le ofrecieron ayudarlo a lo que este
accedió.
A
continuación, le ofrecieron una manera de olvidarse de su fealdad:
con cinco copas de una bebida intoxicante, el pulque. Quetzalcóatl
se alcoholizo y comenzó a actuar despreocupadamente, en este estado
de intoxicación llegó a tener relaciones sexuales ilícitas con su
propia hermana, Quetzalpetlatl. Este evento deshonorable terminó
con su función como líder espiritual. Fue esta caída de gracia,
debido a la pérdida de control sobre sus pasiones, lo que lo llevo
a la resignación como líder, y consecuentemente, el fin de la era
dorada de Tollan. Su primer acto de conciliación fue el enterrarse
en un ataúd de piedra. Cuatro días después se levantó y abandono
la ciudad.
Quetzalcoatl
siguió la ruta al este de Tollan hacia el mar. Viajó a través de
muchos pueblos y sitios sagrados, dejando un rastro en forma de
formaciones rocosas. Finalmente llegó a la costa y construyó con
serpientes una balsa donde se incinera. Según el relato de
Cuauhtitlan: “cuando
terminó ya de quemarse Quetzalcoatl, hacia lo alto vieron salir su
corazón y, como se sabía, entró en lo más alto del cielo. Así
lo dicen los ancianos: se convirtió en estrella, en la estrella que
brilla en el alba”. De aquí surge la idea de que, por haberse ido por el
oriente, habría de regresar por el mismo lugar.
La
cultura Maya adoptó también a Quetzalcoatl como deidad. Se dice
que hasta el sureste llevó sus conocimientos y su cultura pasmosa,
colocándole el nombre de Kukulcan, que quiere decir también,
serpiente emplumada, y recibieron de él las más sabias enseñanzas
tanto religiosas como políticas y artísticas.

Se
dice que los Toltecas, Nahoas y Mayas lo deificaron y colocaron su símbolo
en todos los palacios, monumentos y templos de la zona Maya y Mesoamérica
en donde aún puede verse, en recuerdo y veneración de este sabio,
que según la tradición mayense, subió al panteón y se convirtió
en la estrella Venus, que también es así identificado por los
arqueólogos.
Quetzalcoatl
da nueva vida a los hombres al rescatarlos de la muerte oscura y al
igual que Prometeo les regala el fuego y la sabiduría de la vida.
Fue
Quetzalcoatl, símbolo de la sabiduría del México Antiguo, quien
aceptó el encargo de restaurar a los seres humanos, así como
proporcionarles después su alimento. Quetzalcoatl aparece en las
antiguas leyendas realizando un viaje a Mictlan, "la región de
los muertos", en busca de los "huesos preciosos" que
servirán para la formación de los hombres.
Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos, pone una serie
de dificultades a Quetzalcoatl para impedir que se lleve los huesos
de las generaciones pasadas. Pero Quetzalcoatl, ayudado por su doble
o nahual, así como por los gusanos y las abejas silvestres, logra
apoderarse delos huesos para llevarlos luego a Tamoanchan. Allí,
con la ayuda de Quilaztli, molió los huesos y los puso después en
un barreño precioso. Sangrándose su miembro sobre ellos, les
infundió luego la vida. Los hombres aparecen así en el mito como
resultado de la penitencia de Quetzalcoatl. Con su sacrificio mereció
su existencia. precisamente por esto se llamaron los hombres
macehuales, que quiere decir "los merecidos por la
penitencia".
Restaurados
los macehuales, para poder vivir necesitaban alimentarse.
Quetzalcoatl echó sobre sí una vez más la empresa de redescubrir
para ellos el maíz, "nuestro sustento". De esos primeros
hombres, especie de Adán y Eva del mundo náhuatl, descienden, según
el pensamiento indígena, todos los seres humanos.
El
ciclo náhuatl de Quetzalcóatl
Y en
seguida se convocaron los dioses.
Dijeron: "Quién vivirá en la tierra?,
porque ha sido ya cimentado el cielo,
y ha sido cimentada la tierra.
Quién habitará en la tierra, oh dioses?"
Estaban afligidos
Citlalinicue, Citlatónac,
Apantecuhtli, Tepanquizqui,
Quetzalcoatl y Tezcatlipoca.
Y
luego fué Quetzalcoatl al Mictlan,
se acercó a Mictlantecuhtli y a Mictlancíhuatl
y en seguida les dijo:
"Vengo en busca de los huesos preciosos
que tú guardas,
vengo a tomarlos."
Y le dijo Mictlantecuhtli:
"Qué harás con ellos, Quetzalcoatl?"
Y una vez más dijo (Quetzalcoatl):
"Los dioses se preocupan porque alguien viva en la
tierra."
Y respondió Mictlantecuhtli:
"Está bien, has sonar mi caracol
y das vuelta cuatro veces
alrededor de mi círculo precioso."
Pero
su caracol no tiene agujeros;
llama entonces (Quetzalcoatl) a los gusanos;
éstos le hicieron los agujeros
y luego entran allí los abejones y las abejas
y lo hacen sonar.
Al oírlo Mictlantecuhtli, dice de nuevo:
"Está bien, toma los huesos."
Pero dice Mictlantecuhtli a sus servidores:
"Gente del Mictlan!
Dioses, decid a Quetzalcoatl
que los tiene que dejar."
Quetzalcoatl repuso:
"Pues no, de una vez me apodero de ellos."
Y dijo a su nahual:
"Ve a decirles que vendré a dejarlos."
Y éste dijo a voces:
"Vendré a dejarlos."
Pero,
luego subió,
cogió los huesos preciosos.
Estaban juntos de un lado los huesos de hombre
y juntos de otro lado los de mujer
y los tomó
e hizo con ellos un ato Quetzalcoatl.
Y una vez más Mictlantecuhtli dijo a sus servidores:
"Dioses, de veras se lleva Quetzalcoatl
los huesos preciosos?
Dioses,
id a hacer un hoyo."
Luego fueron a hacerlo
y Quetzalcoatl se cayó en el hoyo,
se tropezó y lo espantaron las codornices.
Cayó muerto
y se esparcieron allí los huesos preciosos,
que mordieron y royeron las codornices.
Resucita
después Quetzalcoatl,
se aflige y dice a su nahual:
"Qué haré, nahual mío?"
Y éste le respondió:
"Puesto que la cosa salió mal,
que resulte como sea."
Los recoge, los junta,
hace un lío con ellos,
que luego llevó a Tamoanchan.
Y tan
pronto llegó
la que se llama Quilaztli,
que es Cihuacóatl,
los molió
y los puso después en un barreño precioso.
Quetzalcoatl sobre él se sangró su miembro.
Y en seguida hicieron penitencia los dioses
que s ehan nombrado:
Apantecuhtli, Huictolinqui, Tepazquizqui,
Tlallamánac, Tzontémoc
y el sexto de ellos, Quetzalcoatl.
Y dijeron:
"Han nacido, oh dioses,
los macehuales (los merecidos por la penitencia).
Porque, por nosotros
hicieron penitencia (los dioses).
Así
pues, de nuevo dijeron (los dioses):
"Qué comerán (los hombres), oh dioses?
Qué descienda el maíz, nuestro sustento!"
Pero
entonces la hormiga va a coger
el maíz desgranado, dentro del Monte de nuestro sustento.
Quetzalcoatl se encuentra a la hormiga,
le dice:
"Dónde fuiste a tomar el maíz?,
dímelo."
Mas la hormiga no quiere decírselo.
Quetzalcoatl con insistencia le hace preguntas.
Al cabo dice la hormiga:
"En verdad allí."
Entonces guía a Quetzalcoatl,
éste se transforma en seguida en hormiga negra.
La hormiga roja lo guía,
lo introduce luego al Monte de nuestro sustento.
Entonces ambos sacan y sacan maíz.
Dizque la hormiga roja
guió a Quetzalcoatl
hasta la orilla del monte,
donde estuvieron colocando el maíz desgranado.
Luego
Quetzalcoatl lo llevo a cuestas a Tamoanchan.
Allí abundantemente comieron los dioses,
después en nuestros labios puso maíz Quetzalcoatl,
para que nos hiciéramos fuertes.
Y luego dijeron los dioses:
"Qué haremos con el Monte de nuestro sustento?"
Quiere llevarlo a cuestas,
Quetzalcoatl lo ata,
pero no puede levantarlo.
Entre
tanto echaba suertes Oxomoco,
y también echaba suertes Cipactónal,
la mujer de Oxomoco,
porque era mujer Cipactónal.
Luego dijeron a Oxomoco y Cipactónal:
"Tan sólo si lanza un rayo Nanáhuatl.
quedará abierto el Monte de nuestro sustento."
Entonces bajaron los tlaloques (dioses de la lluvia).
los tlaloques azules,
los tlaloques blancos,
los tlaloques amarillos,
los tlaloques rojos.
Nanáhuatl
lanzón en seguida un rayo,
entonces tuvo lugar el robo,
del maíz, nuestro sustento,
por parte de los tlaloques.
El maíz blanco, el oscuro, el amarillo,
el maíz rojo, los frijoles,
la chía, los bledos,
los bledos de pez,
nuestro sustento,
fueron robados para nosotros.
Los
toltecas, el pueblo de Quetzalcoatl,
eran muy experimentados.
Nada
les era difícil de hacer.
Cortaban las piedras preciosas,
trabajaban el oro.
y hacían toda clase de obras de arte
y maravillosos trabajos de pluma.
En
verdad eran experimentados.
El conjunto de las artes de los toltecas,
su sabiduría, todo procedía de Quetzalcoatl...
Los
toltecas eran muy ricos,
no tenían precio los víveres, nuestro sustento.
Dicen que las calabazas
eran grandes y gruesas.
Que las mazorcas de maíz
eran tan grandes y gruesas como la mano de un metate.
Y las matas de bledos,
semejantes a las palmas,
a las cuales se podía subir,
se podía trepar en ellas.
También
se producía algodón
de muchos colores:
rojo, amarillo, rosado,
morado, verde, verde azulado,
azul, verde claro,
amarillo rojizo, moreno y aleonado.
Todos estos colores los tenía ya de por sí,
así nacía la tierra,
nadie lo pintaba.
Y
también se criaban allí
aves de ricos plumajes:
pájaros color de turquesa,
de plumas verdes,
amarillas y de pecho color de llama.
Toda clase de aves
que cantaban bellamente,
de las que trinaban en las montañas...
Y
estos toltecas eran muy ricos
eran felices;
nunca tenían pobreza o tristeza.
Nada faltaba en sus casas,
nunca había hambre entre ellos...
Se
dice que cuando vivió allí Quetzalcoatl,
muchas veces los hechiceros quisieron engañarlo,
para que hiciera sacrificios humanos,
para que sacrificara hombres.
pero él nunca quiso, porque quería mucho a su pueblo,
que eran los toltecas...
Y se
dice, se refiere,
que esto enojó a los magos,
así éstos empezaron a escarnecerlo,
a burlarse de él.
Decían los magos y hechiceros
que querían afligir a Quetzalcoatl,
para que éste al fin se fuera,
como en verdad sucedió.
En el
año 1-Caña murió Quetzalcoatl,
se dice en verdad
que se fue a morir allá,
a la Tierra del Color Negro y Rojo.
Se
dice que en el año 1-Caña
él mismo se prendió fuego y se quemó,
se llama quemadero el lugar
donde Quetzalcoatl ardió.
se dice que cuando ardió,
en seguida se elevaron sus cenizas,
vinieron a verlas todas las aves preciosas,
que vuelan y van al cielo,
la guacamaya, el pájaro azul,
el ave tornasol, el ave roja y azul,
la de color amarillo dorado y otras aves de fino plumaje.
Cuando la hoguera dejó de arder,
se alzó el corazón de Quetzalcoatl
y llegó hasta el cielo, en él entró.
Dicen los viejos
que entonces se convirtió en la estrella de la mañana...
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Fuentes:
- León
Portilla, Miguel.
Los Antiguos Mexicanos. México., Editoral Fondo de Cultura Económica.
Colección Popular. Undécima reimpresión, 1995. Páginas 200.
- León
Portilla, Miguel. Literaturas de Mesoamérica. México.,
Editorial del Consejo Nacional de Fomento Educativo. Colección
Cien de México. Primera edición, 1984. Páginas 277.
- Códice Chimalpopoca. México:
Universidad Nacional. 1975
- Hooker,
Richard.
"The Toltecs." Civilizations in America, 1996
- Sahagún,
Bernardino
de, The Florentine Codex: General History of the Things
of New Spain, Book 3: The Origins of the Gods. Salt Lake City,
Utah: University of Utah, 1952
- Carrasco,
David.
Quetzalcoatl and the Irony of Empire. Chicago: University of
Chicago Press. 1982
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